Conjunto de perspectivas criminológicas desarrolladas a partir de los años
sesenta, que incluye la teoría del etiquetado, las teorías críticas y las nuevas teorías
feministas.
Cada uno de estos sectores teóricos presenta, como es lógico, especificidades y matices
propios. Sin embargo, todos ellos comparten algunos elementos importantes:
1- Suponen una reacción contra la Criminología tradicional, fundamentada en el paradigma del consenso, cuyo presupuesto de partida es concebir la delincuencia como una realidad factual, como un problema social, que debe ser explicado y atajado con medidas diversas.
2- El paradigma que se halla en la base de todas las teorías de este grupo es, por el contrario, conflictual: la delincuencia, los delincuentes, sólo existen en la medida en que los mecanismos de control establecidos los definen y los tratan como tales.
3- Según ello, las leyes y la justicia no son una mera consecuencia resultante de la delincuencia existente en la sociedad. Las leyes son creadas para definir ciertos comportamientos, que generalmente son propios de los sujetos y grupos más frágiles (desde el punto de vista económico, cultural o racial), como indeseables y delictivos. Y a continuación, los instrumentos de control establecidos completan esta tarea condenando y segregando a tales individuos. Así pues, los mecanismos de control social son los que en realidad definen y crean la delincuencia existente en la sociedad.
4- Su principal perspectiva programática y aplicada no es estudiar a los delincuentes o tratar su conducta, sino reivindicar los derechos de los grupos marginados, transformar la sociedad, y redefinir el significado de la delincuencia. Tal y como se ha mencionado, las perspectivas criminológicas son múltiples y variadas. Las teorías del etiquetado, aunque generalmente es conocida como una única teoría, presenta diferentes matices según los autores que han trabajado dentro de ella. La herencia marxista, que se halla en el origen de las perspectivas críticas, se ha dividido en varias tendencias teóricas diferentes, con praxis de política criminal también distintas, desde los campos de trabajos forzados del régimen estalinista hasta grupos que proponen cerrar las cárceles o permitir la libre compra venta de cualquier tipo de drogas. Por último, las teorías feministas, que han puesto de relieve la incapacidad de la Criminología tradicional, hecha por hombres y a partir de la delincuencia masculina, para explicar adecuadamente las criminalidad femenina y el control social sobre ésta, también se ha planteado desde diferentes ópticas tales como el feminismo liberal, el feminismo marxista o el feminismo radical.
1- Suponen una reacción contra la Criminología tradicional, fundamentada en el paradigma del consenso, cuyo presupuesto de partida es concebir la delincuencia como una realidad factual, como un problema social, que debe ser explicado y atajado con medidas diversas.
2- El paradigma que se halla en la base de todas las teorías de este grupo es, por el contrario, conflictual: la delincuencia, los delincuentes, sólo existen en la medida en que los mecanismos de control establecidos los definen y los tratan como tales.
3- Según ello, las leyes y la justicia no son una mera consecuencia resultante de la delincuencia existente en la sociedad. Las leyes son creadas para definir ciertos comportamientos, que generalmente son propios de los sujetos y grupos más frágiles (desde el punto de vista económico, cultural o racial), como indeseables y delictivos. Y a continuación, los instrumentos de control establecidos completan esta tarea condenando y segregando a tales individuos. Así pues, los mecanismos de control social son los que en realidad definen y crean la delincuencia existente en la sociedad.
4- Su principal perspectiva programática y aplicada no es estudiar a los delincuentes o tratar su conducta, sino reivindicar los derechos de los grupos marginados, transformar la sociedad, y redefinir el significado de la delincuencia. Tal y como se ha mencionado, las perspectivas criminológicas son múltiples y variadas. Las teorías del etiquetado, aunque generalmente es conocida como una única teoría, presenta diferentes matices según los autores que han trabajado dentro de ella. La herencia marxista, que se halla en el origen de las perspectivas críticas, se ha dividido en varias tendencias teóricas diferentes, con praxis de política criminal también distintas, desde los campos de trabajos forzados del régimen estalinista hasta grupos que proponen cerrar las cárceles o permitir la libre compra venta de cualquier tipo de drogas. Por último, las teorías feministas, que han puesto de relieve la incapacidad de la Criminología tradicional, hecha por hombres y a partir de la delincuencia masculina, para explicar adecuadamente las criminalidad femenina y el control social sobre ésta, también se ha planteado desde diferentes ópticas tales como el feminismo liberal, el feminismo marxista o el feminismo radical.
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